Tuvieron que pasar 26 años. Tuvieron que pasar, Alfonsín, Menem, De la Rúa y el mismísimo Kirchner. Finalmente se logró y por suerte no definió Cobos, no hizo falta. La victoria fue contundente. Se triunfó holgadamente y por más de lo esperado. A pesar del intento de ensuciar la cancha por parte de los grandes grupos mediáticos que denunciaban públicamente (ya que no existió denuncia judicial alguna) la compra de votos de dos senadores. Votos que le permitirían ganar al oficialismo ya que según ellos la votación iba a ser reñida. Nada de eso sucedió. En la votación en general el Kirchnerismo y aliados obtuvieron un margen de 20 votos. ¿Cuánto cambiaron la voluntad general esos 2 votos? Nada. Se vendió humo nuevamente. Ni siquiera en la votación en particular se peleó cabeza a cabeza. La clave para muchos era el artículo 161, conocido como la "cláusula de desinversión”, pero se ganó 38 contra 28 de la oposición.
Una nueva página comienza a escribirse en la comunicación Argentina.
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